domingo, 13 de noviembre de 2011
Bien o nada
Hola queridos lectores, en esta oportunidad les contaré una experiencia que me pasó cuando estaba en quinto año de secundaria, fue aquí que con todo la calentura que era observar a mis compañeras de clases con sus falditas que sin más ni más me di cuenta que había convertido en pajero al mango, osea un adicto al cuchillazo, bueno era la época de las hormonas revueltas y cada vez que llegaba del colegio lo único que hacía era ir a mi cuarto, echarme en mi cama y comenzar la faena, luego me quedaba profundamente dormido, ya cuando despertaba recién almorzaba, esa fue una época que jamás olvidaré ya que siempre paraba cansado y sobretodo ojeroso, debo recalcar que eso sucedió en el pasado ya que ahora estoy limpio...hablamos!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario